Por Irán Aguilera, @Irancaritero*
Las pretensiones de la mayoría circunstancial, derechista, que domina la Asamblea Nacional de tratar de erigirse como un poder supraconstitucional con el objetivo de forzar el derrumbe de los demás poderes públicos no es más que otra tentativa, pero desmejorada, de la vieja versión de la mala costumbre golpista de la derecha venezolana.
Cuando los electores votaron el pasado 6 de diciembre lo hicieron por una Asamblea Nacional, que tiene funciones y atribuciones precisas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Solo eso y nada más. No votó para pronunciarse por la Presidencia de la República porque ya lo había hecho el 13 de abril de 2013 cuando eligió soberanamente al actual Presidente Nicolás Maduro, ni tampoco por alterar ningún otro poder público. Si esa derecha parlamentaria tratar de salirse de ese mandato será sencillamente para intentar otro de sus vulgares golpes de estado, le pongan el disfraz que le pongan.
Hay un principio fundamental: toda iniciativa política debe estar dentro de la constitución, fuera de ella nada.
Recordemos que el próximo martes se cumplirán 14 años del golpe fascista contra el Comandante Hugo Chávez que dejó el doloroso saldo de decenas de personas muertas y heridas. Existen suficientes evidencias y pruebas que indican que el cerebro planificador de ese golpe fue la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, y que el brazo ejecutor fueron sectores opositores de la derecha criolla, entre los que se encontraban los mismos golpista de siempre: Leopoldo López, Capriles, María Machado, Borges, Ramos Allup, Fedecámaras etc., jefaturados por los grandes medios de comunicación privados. Fue un golpe mediático que utilizó a militares traidores.
Pero la realidad es concreta, no es un laboratorio de condiciones ideales como creen los golpistas en sus cálculos oficinescos. La realidad es el reino de las múltiples determinaciones, y esos golpistas de opereta no pudieron calcular que el pueblo, al que siempre han subestimado, el día 13 en unión con la Fuerza Armada Bolivariana volvió hecho millones triunfante con su líder, lo instaló nuevamente en la Presidencia de la República, restableciendo el hilo constitucional roto cobardemente 48 horas antes.
“Maduro resiste que el pueblo no se rinde” es la consigna que más gritan miles de bolivarianos-chavistas en las grandes movilizaciones que se realizan frecuentemente. Los fascistas deberían tomar en cuenta ese detalle ¨porsia¨.
Publicado en El Metropolitano, Barcelona, jueves 7 de abril de 2016. Pág 8
Enviado por su autor
*Diputado regional y dirigente regional del PSUV y ex presidente del Consejo Legislativo Estadal de Anzoátegui (Clea)
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